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das Mystische 2.1

NOCTURNO DE DARWIN

NOCTURNO DE DARWIN

De derrota en derrota, hasta la victoria final. Primeras páginas de La naturaleza humana, de Jesús Mosterín. Constatación de que somos como somos, entre otras cosas, por influencia de la chiripa. La chiripa, un nuevo término científico. Lo utiliza Mosterín para explicar cómo a pesar de su indudable importancia en la evolución de los organismos, no hay que exagerar el papel de la selección natural. Tampoco encuentra uno previsión o propósito en la configuración de la vida descrita por la ciencia; esto era previsible. Los defensores del diseño inteligente se equivocan cuando alaban la perfección del ojo de los vertebrados: el ojo humano (y Mosterín se encarga de explicarlo a la perfección) es una auténtica chapuza. A pesar de los defectos, el ojo funciona bien, pero los ojos de los cefalópodos, por ejemplo, están mejor "diseñados" que los nuestros; esto no es serio. Mosterín concluye: "sólo a base de acumular trucos, chapuzas y chiripas logramos los organismos mantenernos provisionalmente a flote".

Que los organismos se mantienen a flote (algunos) tan sólo provisionalmente, es algo que puede comprobarse observando a los protagonistas de la obra del artista austriaco Erwin Wurm: su posición horizontal no deja lugar a dudas. Estos organismos han sido diseñados por un humorista, inteligente, sí, pero humorista al fin y al cabo. En el mejor de los casos, consiguen mantenerse en pie apoyando su cabeza contra el muro; en otras ocasiones, hunden la misma en la pared como quien hunde sus raíces en la tierra. También acumulan trucos, chapuzas y chiripas, como la mayoría de los organismos, por lo que resulta completamente imposible tomarlos en serio. "El cuerpo humano –escribió Nietzsche en la Primavera de 1884- es un compuesto mucho más perfecto que un sistema de pensamientos o de sentimientos, incluso mucho más elevado que una obra de arte". Pero los cuerpos diseñados por Wurm (esculturas de un minuto, obras de arte al fin y al cabo), no apuntan a la perfección, y mucho menos resultan elevados. Nada ni nadie logra levantarlos, con éxito, del suelo; proceden de la caída como las hojas del otoño, el polvo de las estrellas, los sueños incompletos.

2 comentarios

Cayetano -

En mi opinión se trata de esculturas efímeras que, para perdurar, requieren el documento fotográfico. Gracias a la fotografía sabemos que alguna vez existieron :)

JoseAngel -

Vaya, me encanta este sr. Gusano, gracias por presentármelo. Para quienes creyesen que la escultura es un arte donde ya se ha hecho todo, éste y otros enseñan cómo renovarla. Aunque me cabe la duda: ¿son esculturas, o fotografías? ¿Podría renovarse la escultura sin esculpir nada, sólo a través de la fotografía?